Cortes de luz en Ecuador: El impacto emocional que azota a los ciudadanos

Los cortes de luz en Ecuador desde septiembre de 2024 han causado angustia y estrés en la población, afectando su salud emocional, rutinas diarias y seguridad. La incertidumbre y la falta de servicios básicos intensifican la ansiedad entre los ecuatorianos.

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Camila Lazo

11/13/20242 min read

Desde septiembre de 2024, los cortes de luz en Ecuador han dejado una huella profunda en la vida diaria de los ecuatorianos. Estos apagones, especialmente los programados durante la noche, no solo afectan las actividades domésticas y laborales, sino que han desencadenado problemas emocionales significativos, como ansiedad, estrés y depresión.

El impacto psicológico: Atrapados en la oscuridad

Para muchos ecuatorianos, los apagones prolongados se han convertido en una fuente constante de angustia. Según la psicóloga Johanna Pozo, del Instituto de Neurociencias de la Universidad Católica de Cuenca, los apagones alteran los ciclos del sueño y afectan gravemente la salud emocional. La incertidumbre sobre cuándo ocurrirán y la interrupción de la rutina diaria agravan los síntomas de ansiedad y estrés.

Casos como el de Karla García, una mujer de 45 años que vive en Cuenca, reflejan cómo la falta de electricidad puede intensificar la sensación de soledad. Sin luz ni internet, la comunicación con sus familiares en el extranjero se ha vuelto casi imposible. "Me quedaba a oscuras en las noches, y estando sola, eso es muy angustiante", comenta Karla, quien también menciona que su barrio se ve desolado y apagado en la noche, lo que intensifica su sensación de inseguridad.

Problemas emocionales y sociales: Una crisis de salud pública

El estrés no es exclusivo de quienes viven solos. José Ruiz, de 35 años, relata cómo la falta de luz en Guayaquil ha alterado su rutina, afectando su salud mental. "Siento que mi salud emocional se ha afectado. He tenido episodios de ansiedad. Mi casa se ha vuelto un campamento, sin agua ni luz, lo que hace que no pueda realizar tareas básicas como cocinar o lavar ropa", señala José.

Los apagones también están vinculados a un aumento en las consultas por ansiedad y depresión, según Pozo. "Las personas sienten que sus actividades, su trabajo o su estudio se ven interrumpidos, lo que desencadena un aumento de la frustración", asegura la psicóloga. Los emprendedores también se sienten vulnerables ante la interrupción de sus horarios de trabajo, temiendo la pérdida de sus negocios.

Crisis de inseguridad: Una preocupación adicional

La falta de electricidad no solo afecta el bienestar emocional, sino que también agrava la percepción de inseguridad. Los sistemas de seguridad, como las cámaras de vigilancia y las puertas electrónicas, dejan de funcionar durante los apagones, lo que aumenta la preocupación por el robo y los incidentes violentos.

Con la crisis de inseguridad latente en muchas partes del país, los apagones se han convertido en una fuente adicional de estrés y ansiedad. "Las personas temen salir a la calle en plena oscuridad, lo que aumenta la sensación de vulnerabilidad", concluye Pozo.

¿Cómo afectan estos apagones al desarrollo del país?

La crisis energética también está afectando la productividad y la estabilidad económica del país. El sector laboral, los estudiantes y los emprendedores se ven obligados a adaptarse a condiciones cada vez más difíciles, lo que podría tener consecuencias graves a largo plazo si la situación no se soluciona.

Mientras tanto, los ecuatorianos esperan que las autoridades tomen medidas inmediatas para resolver la crisis energética y mitigar sus efectos sobre la salud mental y emocional de la población.