XXVIII Cumbre Iberoamericana acuerda impulsar energías renovables en América junto a otros temas clave
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Leyes y compromisos demuestran que la región avanza hacia la transición energética, pero las promesas aún superan a los avances
El uso de las energías renovables en las Américas aún se debate entre la promesa y el desarrollo, aunque las leyes y compromisos aprobados en diferentes países muestran una clara tendencia a apostar por su expansión.
Uno de los ejemplos más recientes y significativos es la Ley de Reducción de la Inflación de Estados Unidos, que, a pesar de su nombre, está más relacionada con la transición energética que con la estabilidad de precios.
El proyecto, heredero del plan "Reconstruir mejor" del presidente Joe Biden -aunque menos ambicioso-, será la mayor inversión en energías renovables y medidas climáticas de la historia del país, "y con diferencia", según el presidente de la organización ecologista Sierra Club, Ramón Cruz.
El plan prevé una inversión de 370.000 millones de dólares en financiación climática, la mayor parte dedicada a incentivar la producción de energías limpias y la compra de vehículos eléctricos.
Industria emergente
En México, el 25% de la energía proviene de fuentes renovables, pero sus condiciones geográficas hacen que aún tenga mucho potencial por explotar, afirmó Paul Alejandro Sánchez, profesor del TEC de Monterrey.
El experto en energía explicó que el presidente Andrés Manuel López Obrador comenzó con una clara fijación por los modelos energéticos tradicionales y sigue apostando fuertemente por los combustibles fósiles.
Sin embargo, en el último tramo de su administración ha dado un giro hacia las renovables con proyectos como el Plan Sonora, en el que destaca la planta solar de Puerto Peñasco, que abarca 2.000 hectáreas de paneles solares.
En Brasil, unas 20 empresas, principalmente grandes petroleras, han solicitado licencias para desarrollar 70 proyectos de construcción de parques eólicos en alta mar con capacidad para generar 170 gigavatios (GW) de energía.
Argentina apenas abastecerá el 13% de su demanda energética en 2022 con fuentes renovables. Aún así, la cifra representa un aumento significativo en comparación con el 2% registrado en 2017, y el objetivo es alcanzar el 20% en 2025, según una ley aprobada en 2015 para incentivar las energías renovables.
En Colombia, la energía hidroeléctrica representa el 58,8% de la matriz energética, y solo 200 MW provienen de otras fuentes renovables como la eólica y la solar, lo que equivale al 1%. El país apuesta por la construcción de 19 plantas solares este año y por desarrollar el potencial de generación eléctrica con biomasa.
Uruguay, a la vanguardia mundial
En Uruguay, el 94% de la generación de electricidad procede de fuentes renovables. El país es una anomalía positiva en la región y está a la vanguardia mundial: un informe oficial presentado el pasado octubre destacaba que el think tank REN21 lo situaba como el segundo país con mayor participación de este tipo de energías.
La clave: la descarbonización casi total de su red energética, que comenzó en 2010 y se logró gracias a una inversión público-privada de unos 8.000 millones de dólares. El país también avanza hacia la descarbonización del transporte y la industria y el desarrollo de una economía verde del hidrógeno.
La molécula, conocida como "el combustible del futuro", es también una apuesta importante en Chile, que quiere convertirse en exportador mundial.
El planteamiento estratégico del Secretario General Iberoamericano, Andrés Allamand, para el cuatrienio 2022-2026 es "fortalecer la Comunidad Iberoamericana", con una agenda centrada en las personas y la realización de los derechos.
Con una declaración al más alto nivel político centrada en el fortalecimiento de la Comunidad Iberoamericana, se celebró en República Dominicana la XXVIII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno bajo el lema "Juntos por una Iberoamérica justa y sostenible".
Durante la reunión se aprobaron la Declaración de Santo Domingo, el Programa de Acción de la XXVIII Cumbre Iberoamericana y la III Acción Cuatrienal.
